Aprendizaje cooperativo a distancia: Una tendencia al alza
A pesar de que el aprendizaje cooperativo a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) surgió hace ya algunos años
–prácticamente de la mano de la web 2.0–, las medidas de contención de la pandemia de la covid-19 lo han convertido en una de las tendencias más destacadas del mundo educativo para este 2021. Entendido como un sistema de trabajo en el que los alumnos de una clase se agrupan para resolver tareas y aprender conceptos a través de la cooperación entre sus componentes, el aprendizaje cooperativo varía en su funcionamiento dependiendo de si se desarrolla en un entorno presencial o, por el contrario, en uno digital y a distancia, mediado por las TIC.
Aunque, como veremos a continuación, ambas posibles implementaciones partan de una base común en la que el aprendizaje de cada participante por separado resulta indispensable para el éxito educativo del grupo en su conjunto.
Cómo implementar el aprendizaje cooperativo en tus clases (presenciales y virtuales)
Más allá de su capacidad para dinamizar los procesos de aprendizaje que pueden darse dentro del aula (y sea este un espacio físico o virtual), el aprendizaje cooperativo supone tanto una puesta en valor de la socialización como factor pedagógico, valioso en sí mismo, como también una forma de incrementar el rendimiento académico de sus participantes, muchas veces a partir de su integración en un sistema de Aprendizaje por proyectos. Aunque, a diferencia de lo que comúnmente se conoce como trabajo en grupo, este modo de aprendizaje requiere que cada uno de los miembros del equipo alcance una serie de objetivos pedagógicos. De lo contrario, el objetivo grupal no podrá alcanzarse de ninguna manera y el ejercicio, en términos cooperativos y académicos, fracasará.
Ahora bien, e independientemente del grado de presencialidad requerido por cada situación, ¿cómo puede implementarse un aprendizaje de estas características?
- Antes de impulsarlo, deben establecerse de forma meridianamente clara los objetivos a asumir por cada grupo de alumnos. Una buena forma de saber si el proceso de aprendizaje se está asumiendo dentro de los parámetros que se desean es la de establecer objetivos a corto plazo, que una vez alcanzados permitirán asumir el global y así completar el ejercicio. En el caso del aprendizaje cooperativo a distancia, existen numerosos programas capaces de establecer esas metas intermedias, imprescindibles para poder avanzar hasta el final.
- A poder ser, los grupos deberían ser más o menos reducidos, para facilitar la participación de todos sus miembros y evitar así, y dentro de ciertos límites, que los objetivos se alcancen con una facilidad que pueda resultar desmotivadora. Si esta dinámica se produce mediante las TIC y a distancia, vuestros alumnos pueden hacer uso de las Redes Sociales (RRSS), chats o e-mails para coordinarse, debatir y llevar a buen puerto su trabajo.
- Una vez puesto en marcha, el aprendizaje cooperativo se sostiene sobre el grado de interdependencia de los miembros de cada grupo, así como de su capacidad para trabajar en grupo y exigirse los unos a los otros, siempre desde la conciliación y apoyo mutuo. Pero, pese a todo, os recomendamos que ejerzáis una cierta supervisión sobre la evolución del aprendizaje, siendo algo más o menos sencillo tanto en entornos presenciales, y por motivos obvios, como también en los virtuales, gracias a las ya mentadas Redes Sociales, chats y e-mails presentes en muchas plataformas digitales que incluyen el aprendizaje cooperativo entre sus premisas
Aprendizaje cooperativo a distancia: beneficios y requisitos
Aunque la forma de implementar el aprendizaje cooperativo de forma presencial no dista mucho en lo metodológico del modo en el que se implementa virtualmente, hacer uso de este último implica una serie de particularidades, beneficios y requisitos que deben tenerse en cuenta, y que pueden compaginarse con los de un entorno educativo presencial a través del Flipped Classroom, el Blended Learning o el Aprendizaje en casa.
- Una de las mayores bazas del aprendizaje cooperativo es el grado de motivación que genera en los estudiantes, que aprenden desde lo emocionalmente significativo a adquirir conocimientos por sí mismos, viéndose además reconocidos por el resto del grupo en sus avances y ayudados cuando sea necesario. Pero para que esta motivación pueda darse en un entorno digital es imprescindible un apoyo tecnológico básico y compartido por todos los miembros del equipo. De lo contrario, el aprendizaje fracasará tanto en lo cooperativo como en lo académico, por pura imposibilidad de llevarse a cabo en ninguno de estos dos aspectos.
- Por su naturaleza mediatizada, el aprendizaje cooperativo a distancia implica una alfabetización digital previa para alumnos y docentes, que permita conocer el funcionamiento de las plataformas y herramientas que se utilizarán durante este proceso y también cómo y dónde buscar la información necesaria para alcanzar los objetivos marcados. De cara a agilizar y facilitar las relaciones dentro del grupo y con el docente a su cargo, también os recomendamos que incorporéis ciertas nociones de netiqueta a esta alfabetización.
- Como todo aprendizaje a distancia, la capacidad del alumnado para autorregular su dedicación a los estudios es un elemento esencial. Pero como no siempre se da con el mismo grado de autoexigencia, os recomendamos que hagáis un seguimiento de los progresos conseguidos por vuestros alumnos con más ahínco que en un entorno presencial. Echad mano de RRSS, chats y otros mecanismos digitales de comunicación para supervisar sus avances, y poder ayudar a aquellos que más necesiten de una cierta tutela por parte del profesorado.
¿Utilizáis el aprendizaje cooperativo en vuestras clases, presenciales o virtuales? ¿Qué diferencias habéis detectado entre una y otra vertiente? Compartid vuestras impresiones y experiencias con nosotros, y este post con todos vuestros contactos.
Para saber más: