El confinamiento total o parcial de la ciudadanía en diferentes partes del globo, debido a la pandemia de COVID-19, ha provocado un incremento sin precedentes en la actividad digital registrada en la red de Internet durante estos últimos meses. Como resultado, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se han convertido en la ventana desde la que muchos ciudadanos y ciudadanas acceden diariamente a una realidad que queda así irremisiblemente mediatizada.  

Esto hace de alfabetizaciones como la informacional, la mediática o la digital que las engloba, no ya una formación harto importante para los alumnos y alumnas de hoy, sino una especialmente urgente para la sociedad en su conjunto. 

Un derecho fundamental 

La calidad y/o veracidad de la información que recibimos a diario tiene una repercusión directa en el modo en el que nos posicionamos ante la realidad e incidimos en ella a través de nuestras acciones. Pero la avalancha informativa a la que nos exponen los medios de comunicación, y la rapidez con la que se actualiza la información que nos transmiten, dificulta en muchas ocasiones el poder siquiera leer esa información con la paciencia y conocimiento de causa suficientes como para reflexionar sobre ella, y así poder discernir su autenticidad e intereses últimos.  

Por el contrario, la alfabetización digital (entendida como mediática en un entorno vehiculado por el uso de las TIC como herramienta informativa) nos capacita para desentrañar cómo y por qué una noticia o una información son como son, y qué objetivos buscan alcanzar, a través del aprendizaje de los siguientes puntos fundamentales: 

• Capacitar para ejercer juicios de valor sobre la información que se reciba a través de canales digitales. 

• Desarrollo de destrezas de construcción del conocimiento, lectura y comprensión en entornos informativos basados en el hipertexto y contenidos multimedia, con una especial preponderancia del audiovisual como lenguaje mayoritario. 

• Habilidades de búsqueda de información en Internet, que incluyan la capacidad para seleccionar fuentes y mecanismos de distribución fiables. 

• Concienciación de la existencia de otros usuarios en la Red a los que se puede contactar para pedir ayuda o empezar un debate. 

• Valoración de las TIC como herramientas informativas complementarias a otros mecanismos informacionales ajenos a lo digital. 

• Precaución al juzgar la validez y exhaustividad de la información disponible en Internet. 

Puntos de apoyo, en definitiva, hacia un estadio de mayor concienciación respecto a la información que recibimos a través de los medios de comunicación centralizados por las TIC, para garantizar el grado de transparencia que no es solo una demanda educativa, sino también un derecho humano fundamental, clave para el desarrollo de otros como el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. 

Cómo abordar la alfabetización digital en tus clases 

Muchos estudiosos de la alfabetización digital y mediática apuntan la existencia de tres posibles abordajes educativos a este aprendizaje competencial. El primero de ellos parte de la protección mediática de colectivos vulnerables (como pueda ser el de la infancia) por parte de terceros; el segundo, de la inclusividad de los medios en las vidas de los estudiantes, convertidos en analistas de sus contenidos informativos y de las formas que estos adoptan; y el tercero, de lo que se ha venido a llamar perspectiva participativa de la alfabetización digital.  

Un último método que se ha erigido en el más popular, por efectivo, de todos ellos, que parte de la voluntad de hacer de los alfabetizados no solo receptores de información sino también emisores, y que os animamos a implementar en vuestras clases (a través de la transversalidad a la que obliga la inexistencia de una asignatura curricular y obligatoria destinada a su enseñanza) a partir de los siguientes consejos: 

• A través de metodologías como el Aprendizaje por proyectos, plantead situaciones y ejercicios en los que vuestro alumnado se vea obligado a buscar y cotejar información para asumir los objetivos que les planteéis. De este modo, desarrollarán necesariamente su sentido crítico y capacidad para discernir la validez de una información frente a otra. 

• Plantead debates sobre una u otra cuestión que requiera de preparación propia. Así incentivaréis no solo la búsqueda de información, sino también su recontextualización en un discurso ordenado cuya solidez se verá puesta a prueba durante el desarrollo del mismo debate. 

• Aprovechad la popularidad que las cápsulas informativas multimedia (desde vídeos de Youtube u otras formas de narrativa digital hasta blogs) tienen entre el alumnado para que entreguen algunos de sus ejercicios en estos formatos relacionados con las TIC. Su elaboración, ya sea individual o en equipo y de forma colaborativa, implicará para ellos y ellas el conocer cómo se construye un mensaje y cómo la forma que adopta afecta al modo en el que se percibe su contenido. Al respecto, y dada su complejidad, os recomendamos que hagáis un buen seguimiento de este proceso. 

• Analizad estos últimos posibles ejercicios no solo contemplando su adecuación respecto a la materia en la que se integren, sino también sus características mediáticas. Más allá del peso que este último aspecto tenga en su valoración curricular, permitirá a vuestros alumnos conocer cómo se construye un mecanismo mediático, abriéndoles la puerta a desarrollar su sentido crítico tanto dentro como fuera del aula. 

¿Tratáis algunos de los elementos propios de la alfabetización digital y/o mediática en vuestras clases? ¿Qué mecanismos y metodologías utilizáis? Compartid vuestras respuestas y experiencias con nosotros, así como este post con todos vuestros contactos. 

Para saber más: 

• Artículo: Alfabetización digital y el futuro del periodismo, por Nikki Usher. 
• Artículo: Competencia lectora y alfabetización digital: reflexiones educativas sobre la evolución del modelo PISA, por Paula Ferrín y María Teresa Caro Valverde. 
• Video: TEDXOviedoUniversity: Alfabetización digital por Juan García.