Cómo y por qué introducir la robótica educativa en el aula
A grandes rasgos, la robótica implementada con finalidades educativas es aquella que se sirve de la creación y puesta en funcionamiento de prototipos robóticos para desarrollar una serie de competencias de valor pedagógico. Una metodología educativa, pues, que suele ser utilizada para el desarrollo de las competencias agrupadas en el acrónimo STEAM (Science, Technology, Engineering, Art and Mathematics, o Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas en su traducción al español), pero que también puede usarse para incentivar otras habilidades igualmente ventajosas, valiéndose del demostrado poder de atracción que el uso y construcción de robots tiene para gran parte del alumnado, especialmente el más joven. Pero ¿cuáles son estas virtudes? Y ¿cómo pueden implementarse en el aula?
Educarse a través de la robótica
Pese a que su utilización con fines pedagógicos pueda parecer cosa de ciencia ficción, lo cierto es que en numerosos países de la Unión Europea –como por ejemplo Estonia, Finlandia o Alemania– la robótica es ya parte del currículo educativo obligatorio. Y es que, tomando como base inspiracional algunos de los principios propios del aprendizaje construccionista de Seymour Papert (1928-2016) y el pensamiento computacional, la robótica en el aula da pie a que el alumnado desarrolle una serie de habilidades, tan útiles dentro como fuera de las escuelas, y que os apuntamos a continuación:
- Un aprendizaje basado en la robótica pasa necesariamente por una formación, ni que sea básica, en principios de programación. Unos conocimientos que pueden parecer baladís pero que, sin embargo, cada vez están más presentes en la vida profesional, y probablemente lo estarán más aún en el futuro.
- Las antes mencionadas competencias STEAM, que más allá de su valor como parte del aprendizaje en materias científicas, tecnológicas, ingenieras, artísticas y matemáticas, demuestran la naturaleza de aprendizaje multidisciplinar, y por lo tanto holístico, que se desprende de esta práctica educativa.
- Aumenta la autoestima del alumnado, que aprende a ganar confianza en sí mismo a través de la prueba, el error y la corrección de ese error de cara a conseguir un resultado óptimo, que se adecue a las expectativas inicialmente planteadas.
- Incentiva el pensamiento lógico a través de la mentada programación, relacionando lo abstracto, o lo que se desea que el robot sea capaz de hacer, con lo real, representando por el robot en sí, físico y tangible.
- Implica desarrollar la creatividad necesaria para la resolución de problemas y la capacidad de evaluar posibles estrategias para solucionarlos. Lo que, a su vez, significa ser capaz de entender una problemática, planificar una posible solución, llevarla a cabo, y comprobar si el resultado final es el adecuado para la resolución que se buscaba inicialmente.
- En muchas ocasiones, la robótica en el aula supone trabajar en equipo, con lo que esta colaboración supone para el desarrollo de la capacidad del alumnado para relacionarse con los demás, así como su espíritu crítico a través del contraste entre diferentes opiniones, el desarrollo del respeto al otro y sus opiniones.
Cómo introducir la robótica en tus clases
Tal y como se comentaba unas líneas atrás, una de las mayores bazas de la robótica en el aula reside en su capacidad de atracción para el alumnado. Pero este poder de convocatoria encierra, simultáneamente, la necesidad de regular su uso a partir de un principio fundamental: que su introducción en el aula no busca entretener, sino (y también) enseñar. Para lograrlo, os apuntamos los siguientes consejos de cara a que su introducción en el aula sea satisfactoria para vuestros alumnos, tanto en términos de atracción como también de formación.
- Utilizad los principios y estructura propios del Aprendizaje por proyectos, ya que por su carácter interdisciplinar, y la puesta en marcha de numerosas competencias en aras de alcanzar un único objetivo, la robótica en el aula encuentra su hábitat natural en esta metodología educativa.
- Haced que la robótica en el aula forme parte de otra asignatura, como pueda ser cualquiera de las que componen STEAM, suponiendo la construcción y programación del robot la culminación, y puesta en práctica, de los contenidos curriculares propios de esa materia en cuestión.
- Aprovechad la naturaleza grupal del cuerpo estudiantil de vuestras clases para que sean ellos, a través de la exposición de sus modelos y del debate abierto (y moderado) para resolver los problemas que hayan podido surgir durante la programación y construcción de los robots de vuestros alumnos. Activará tanto su capacidad para el aprendizaje como su confianza, animándolos a seguir experimentando y a asumir el error como parte de todo proceso de aprendizaje.
- Tened muy en cuenta la edad y capacidades de vuestros alumnos de cara a elegir este o aquel sistema de programación. En este sentido, os recomendamos visitar páginas como la de Juguetrónica o Lego, de forma más concreta, la utilización de Dash & Dot para los más pequeños, Arduino en cursos de secundaria y, de forma más transversal por adaptable a casi todas las franjas educativas, el robot NAO.
¿Utilizáis la robótica educativa en vuestros centros? Y, de ser así ¿de qué manera la integráis en vuestras clases? Compartid vuestras experiencias con nosotros, así como este post con todos vuestros contactos.
Para saber más:
Artículo: Robótica educativa. La programación como parte de un proceso educativo, por José Miguel García.
Artículo: La robótica como un recurso para facilitar el aprendizaje y desarrollo de competencias generales, por Ángela Flor Bravo Sánchez y Alejandro Forero Guzmán.
Video: TEDxCiudadVictoria: De lo digital al mundo real, por Francisco Vega Acosta.