La importancia del contexto: la pedagogía sistémica
La pedagogía sistémica es, valga la redundancia, un sistema pedagógico que atañe al desarrollo escolar, racional y emocional del aprendiz al asumir la educación del alumno como un proceso que sólo tiene sentido teniendo en cuenta su contexto, dentro y fuera del aula. Un contexto afectivo y relacional que el maestro debe conocer para poder formar a cada uno de sus alumnos de forma personalizada e inclusiva, combinando una educación en la diversidad con una apuesta por la creación de vínculos inclusivos y emocionales.
Aprendizajes interdimensionales
Pero todos estos vínculos dependen, en mayor o menor medida de una serie de cuatro dimensiones que pueden ser tratadas desde una perspectiva educativa por parte del profesorado, si quiere que sus vínculos con los alumnos, y los vínculos que estos crean en la escuela, sean lo más completos posibles:
- Dimensión transgeneracional: afecta a la relación que se mantienen con las generaciones anteriores a la nuestra, pero excluyendo de esta categoría a padres y hermanos mayores ya que, debido a su importancia para nuestro desarrollo, merece una atención especial, bajo la forma de un apartado exclusivo.
- Dimensión intergeneracional: la más importante de todas estas dimensiones a edades muy tempranas, y por lo tanto durante el resto de nuestras vidas, por referirse a un vínculo emocional y conductual tan decisivo como el que comparte con padres, madres y hermanos mucho mayores. La escuela debe comportarse como agente atento en situaciones como procesos de divorcio, enfermedad o muerte de alguno de los familiares agrupados en esta dimensión.
- Dimensión intrageneracional: la que se da entre iguales, ya sean hermanos de edad similar o compañeros y amigos de clase. En este caso, deben tenerse en cuenta cuestiones de género, etnia, cultura, clase socioeconómica e incluso jerarquía dentro del grupo, como posibles focos de desequilibrio que pueden ser tanto motivo de tensiones como de valioso aprendizaje social y emocional.
- Dimensión intrapsíquica: la referida a las emociones y pensamientos propias del alumno, que cambian a través de factores como el entorno en el que vive, sus intervenciones en él y su edad.
La pedagogía sistémica considera que todas estas dimensiones se encuentran íntimamente interrelacionadas, y que a su vez se hallan formadas por una serie de elementos igualmente interconectados. Si uno o varios de estos elementos sufre una disfuncionalidad, esta afectará inevitablemente a la dimensión a la que pertenezca, alterando el equilibrio que esta mantiene con las demás con consecuencias que varían de un alumno a otro. Y por eso, los maestros y escuelas deben conocer los diferentes contextos de los alumnos, teniendo en cuenta el lugar que ocupan en él y, sobretodo, como les afecta ocupar esta posición.
Constelaciones educativas
No en vano, la pedagogía sistémica es una metodología que bebe de forma más o menos directa de las llamadas “Constelaciones familiares”, una polémica teoría que fue planteada por el no menos controvertido teólogo, pedagogo y filósofo Bert Hellinger durante la década de los noventa. A partir de algunas de las teorías psicoanalíticas de Carl Gustav Jung y Alfred Adler y de su propio trabajo de investigación, Hellinger postuló que las personas pueden interiorizar patrones y estructuras familiares que son utilizados, inconscientemente, como esquemas afectivos y conductuales en sus relaciones con los demás y consigo mismos. Los postulados de Hellinger encontraron un suelo fértil, y anterior en el tiempo a esta teoría psicoanalítica, en el constructivismo educativo y, posteriormente, también en otros campos del saber. Es el caso de la teoría de sistemas que aborda la interacción de fenómenos para lograr el equilibrio de todos ellos, la perspectiva de la complejidad, venida de la sociología y que plantea la interdependencia existente entre diversidad, autoorganización y cooperación, o la teoría de la comunicación que afirma que toda organización social funciona como un conjunto de elementos en interacción cuya alteración por separado afecta al conjunto global de todos ellos.
La educación es un acto de amor
La aplicación de esquemas o leyes que se daban en cualquier sistema organizativo o institucional como por ejemplo el educativo, y que Hellinger bautizó como Órdenes del amor, fueron asumidos por algunos sectores educativos que les dieron un sentido pedagógico. Son lo siguientes:
- Pertenencia: todos los miembros de la comunidad educativa formada por alumnos, maestros y también familia, deben ser conscientes de la fortaleza de los valores colectivos de la escuela y su proyecto pedagógico, y del vínculo que mantienen con ellos. Éste puede fortalecerse a través de un buen acompañamiento de las entradas y salidas del colegio, cuyas puertas no son deberían ser tanto una frontera como un territorio de transición, o dándoles un espacio a los padres y madres para que se expresen y compartan el proyecto educativo de sus hijos con la escuela.
- Jerarquía: todo centro escolar debe establecer una serie de funciones y responsabilidades, algunas específicas y otras comunes, para todos sus miembros. Esta distinción no responde al grado de importancia de la tarea, sino a la responsabilidad y efectividad para la consecución de los objetivos y tareas del centro.
- Toma y daca: dar y dar sin recibir nada a cambio acaba siendo fuente de conflictos y desigualdades en el seno de la escuela. Debe darse el tiempo necesario para que se visibilice el reconocimiento y agradecimiento por el trabajo hecho. De lo contrario se descompensará el proceso, rompiendo la repartición de funciones y roles que debe existir en un centro educativo. Debido a motivos jerárquicos e intergeneracionales, un maestro no es un amigo de sus alumnos ni tampoco de los padres de estos. Pero está igualmente sujeto a la dimensión intrageneracional de su vínculo con el resto del equipo del profesorado y los padres de la escuela, con los que debe mantener una comunicación fluida para evitar que sus vínculos se resientan.
Tres pilares de un mismo fenómeno que no pretende utilizarse como terapia escolar, sino como una metodología puramente educativa y transversal y que quizás ya utilicéis algunos de vosotros en vuestro día a día. Una experiencia a buen seguro enriquecedora que esperamos que compartáis con todos nosotros.
Más información
- Pedagogía sistémica multidimensional, por Mercé Traveset.
- Pedagogía sistémica: un nuevo paradigma educativo, por Carles Parellada.
- Página web oficial de Bert Hellinger.