Educación basada en evidencias: hacia la mejor educación posible

Sabemos que el campo de la medicina basa sus diagnósticos y protocolos en resultados de pruebas y estudios médicos. Sin embargo, ¿por qué no pasa lo mismo en la educación siendo como es uno de los pilares de nuestra sociedad? Hablamos de La Educación basada en evidencias.
La Educación basada en evidencias (EBE) (en inglés Evidence-based education) busca respaldar las prácticas educativas a partir de fundamentos científicos del aprendizaje, cuya efectividad queda demostrada mediante estudios y datos fiables. De este modo, se garantiza que las decisiones en el aula se fundamenten en lo que realmente funciona.
La Educación basada en evidencias pretende:
- Guiar la planificación, implementación y evaluación de programas educativos
- Mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
- Promover las evaluaciones formativas y el análisis de datos educativos para ajustar las estrategias en tiempo real permitiendo así a los docentes identificar qué está funcionando y qué necesita mejorarse.
¿Cómo se consiguen los datos en la Educación basada en evidencias?
Para poder identificar aquellas prácticas que supongan una mejora en el aprendizaje. Es esencial establecer qué datos pueden servir como indicadores, para, a partir de ellos, analizar y llevar a cabo un seguimiento de evaluación. Ya con dichos parámetros y mediante grupos de control (unos grupos realizan las prácticas con la metodología que es objeto de estudio y otros lo hacen de forma tradicional) se lleva a cabo la prueba. Una vez finalizada, se analizan los resultados y se redacta una conclusión con las razones sobre la mejora evidenciada, la cual servirá como soporte a la hora de tomar decisiones y hacer diagnósticos.
Aunque una sola experiencia de este tipo es insuficiente para respaldar una metodología, la recopilación de diferentes experimentos sobre una misma práctica sí que puede determinar su efectividad. Un ejemplo de ello es la recolección de más de 100.000 estudios que implican a más de 300 millones de estudiantes llevada a cabo por el académico neozelandés John Hattie. Mediante este compendio ha conseguido desarrollar modelos de metaanálisis y definir más de 300 aspectos que influyen en el aprendizaje de los estudiantes.
Ejemplos prácticos de estrategias basadas en evidencias
Las raíces de la Educación basada en evidencias se remontan a la década de los 90 cuando surgió la Medicina Basada en Evidencias (MBE). Esta perspectiva apostaba por asentar las decisiones médicas en investigaciones científicas sólidas. Gracias a este cambio, ahora en nuestro sistema sanitario se examinan y evalúan las pruebas disponibles para determinar qué tratamientos son más efectivos.
Al igual que la medicina, también la Educación basada en evidencias está dando sus frutos y ya encontramos algunas estrategias respaldadas por estudios que han mostrado resultados positivos:
- Aprendizaje activo: Estrategias como la discusión en grupo, el trabajo en proyectos, el aprendizaje basado en problemas y las simulaciones mejoran la participación y el rendimiento de los estudiantes.
- Prácticas espaciadas: Distribuir el aprendizaje en el tiempo, en lugar de concentrarlo en una sesión única, aumenta la retención.
- Retroalimentación efectiva: Proporcionar comentarios específicos, claros y orientados a la mejora es más útil que calificaciones sin contexto.
- Metacognición: Enseñar a los estudiantes a reflexionar sobre su propio aprendizaje fortalece su autonomía y capacidad para resolver problemas.
Beneficios de la Educación basada en evidencias
La aplicación de este enfoque tiene beneficios tangibles para todos los actores del sistema educativo:
- Para el alumnado:
Al establecer unas metodologías, como las de antes mencionadas, fundamentadas en investigaciones y evidencias empíricas se consigue:
- Suscitar un aprendizaje significativo y mejoras en el rendimiento académico.
- Mejorar la comprensión y la retención de conocimientos.
- Reducir desigualdades, ya que se aplican métodos probados que favorecen a un amplio espectro del alumnado.
- Para los docentes:
Adoptar enfoques pedagógicos probados y estrategias de enseñanza que han demostrado su eficacia significa para el equipo docente poder:
- Fomentar la innovación en el aula mediante herramientas respaldadas por la ciencia.
- Priorizar esfuerzos en estrategias que realmente funcionan, ahorrando tiempo y energía.
- Potenciar su profesionalización, al basar su práctica en el conocimiento y no en la intuición.
- Promover la mejora continua tanto de sus prácticas como del sistema educativo, ya que dicha retroalimentación basada en datos objetivos permite a los educadores ajustar y perfeccionar sus prácticas a lo largo del tiempo
- Para las instituciones educativas:
- La mejora de los resultados generales del alumnado.
- El uso eficiente de los recursos disponibles.
- Refuerzo de la confianza de la comunidad educativa.
Que los centros educativos identifiquen programas y prácticas que no son efectivos y reenfoquen los recursos en otras áreas de desarrollo supone:
Desafíos de la Educación basada en evidencias
A pesar de sus beneficios, la transición hacia una Educación basada en evidencias también supone todo un reto porque para poder implementarla como es debido es necesario contar con:
- Acceso a la investigación: los docentes y directivos deben tener acceso a estudios bases de datos educativas y resúmenes ejecutivos de investigaciones para poder seguir indagando.
- Formación continua: Los programas de desarrollo profesional deben formar a los docentes en el análisis y aplicación de evidencias.
- Colaboración: Crear redes de docentes, investigadores y especialistas en educación para compartir conocimientos y experiencias.
- Evaluación constante: Las prácticas educativas deben someterse a evaluación continua para medir su efectividad y hacer ajustes cuando sea necesario.
- Cultura del cambio: es imprescindible fomentar una mentalidad abierta al cambio cuestionando prácticas tradicionales y adoptando una actitud de aprendizaje continuo
Las ventajas de la Educación basada en evidencias son muchas, como ya hemos mostrado, aunque la complejidad de ponerla en práctica también supone un desafío, debido, en gran parte, a la necesidad de cooperación entre dos fuentes de conocimiento. Una de ellas es la observación directa y la reflexión de los docentes sobre su práctica en las aulas. Y, la otra, las conclusiones resultantes de la investigación científica de disciplinas como la psicología cognitiva o la sociología escolar.
Dicha cooperación permite a todos los agentes del sistema educativo ampliar su capacidad reflexiva y encontrar criterios que les ayuden a decidir mejor respecto a las metodologías a seguir, las necesidades del estudiantado o la gestión del centro escolar.
Sin embargo y, a pesar de todos sus beneficios, la Educación basada en evidencias es incapaz de responder a todos los interrogantes que se plantean en el mundo educativo. Aunque sí permite establecer un punto de partida a partir del cual, mediante conocimiento científicamente contrastado, podamos abordar el presente y el futuro del aprendizaje de nuestros estudiantes.
Para saber más:
Libros:
Petty, G. (2009). Evidence-based teaching: A practical approach (2nd ed.). Nelson Thornes.
Hattie, J. (2012). Visible learning for teachers: Maximizing impact on learning. Routledge.
Artículos y recursos:
Recopilación de recursos sobre la Educación basada en evidencias
Video:
TED Talk: "How to Escape Education’s Death Valley" por Ken Robinson.