Aplicada a la educación, la robótica utiliza la tecnología para el desarrollo de competencias como el pensamiento lógico, la creatividad o la colaboración, entre otras posibilidades. Esta robótica para la educación, o robótica educativa, tiene sus bases en el pensamiento computacional. Es decir, en la capacidad de resolver problemas a partir de estructuras y recursos que habitualmente se utilizan en las ciencias de la computación. Pero vayamos por partes e indaguemos en cada uno de los aspectos que hacen de la robótica educativa un método de enseñanza tan recomendable.

Robotizar la educación, educar la robótica

Como disciplina, la robótica es la rama de la ciencia encargada de estudiar, diseñar y fabricar robots, aunando varias áreas del conocimiento como la electrónica, la ingeniería o la computación. Mucho antes del origen de la palabra robot, popularizada por el escrito checo Karel Čapek hace un siglo, estas máquinas han sido utilizadas para hacernos la vida más cómoda, sustituyéndonos en actividades o trabajos que requerían de un esfuerzo suplementario. Partiendo de esa base, existen tres tipos de robótica educativa. Son los siguientes:

• De construcción: como su nombre indica, parte de la construcción de robots, potenciando los conocimientos mecánicos y de diseño.
• De simulación: se produce en entornos simulados y con robots virtuales, en sustitución de los físicos.
• De programación: implican el aprendizaje de habilidades de programación y resolución de problemas, para instruir a robots en determinadas funciones.

La programación en el aula

En este artículo nos centraremos al último de los tres tipos de robótica, el de programación, comenzando por los beneficios que aporta su utilización por parte del alumnado:

• Favorece el aprendizaje multidisciplinar dentro del área científica del aprendizaje. Lo demuestra el hecho de que la robótica suele ser una de las caras más visibles del aprendizaje STEAM y se utiliza con frecuencia dentro del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), sobre todo si está vinculado a las matemáticas.
• Incentiva la creatividad del alumnado mediante la prueba y el error, empujando a repensar lo que se daba por sentado para encontrar una solución al objetivo que se ha marcado, repercutiendo en el esfuerzo que es implica por el camino.
• Fomenta el pensamiento lógico desde una perspectiva eminentemente práctica, la que supone coger una idea y plasmarla en sus diferentes fases hasta que ésta se haga realidad. 
• Facilita el trabajo colaborativo entre el alumnado para desarrollarse de forma satisfactoria, repercutiendo en la empatía, el diálogo y la tolerancia convertidas en cualidades necesarias para alcanzar los objetivos marcados.

Cómo y por qué pensar computacionalmente

Hemos querido hacer una mención específica a los conocimientos en programación, una competencia que puede resultar obvia en este contexto pero que vincula la robótica con el pensamiento computacional. Con el lenguaje de programación una persona puede relacionarse con un sistema informático para proporcionarle instrucciones que le permitan controlarlo. Así funcionan programas de uso habitual en entornos educativos como Bee-Boot, Zowi, la rama educativa de robots de Lego o Edison. Ahora bien ¿cómo se aplica esto al pensamiento computacional? Pues a partir de lo siguiente:

• Resolución de problemas, comenzando con la identificación de la cuestión a resolver, siguiendo con el planteamiento de una posible solución y poniendo a prueba el prototipo para saber si ha sido efectiva. Básicamente, consiste en saber qué es lo que queremos que haga el robot y, a partir de ahí, pensar qué instrucciones deberíamos darle para conseguirlo.
• El diseño y representación de los procesos para la construcción y programación son el siguiente paso a seguir. Lo que pone a trabajar la imaginación matemática, algo imprescindible para pasar las instrucciones que queremos transmitir al robot al lenguaje computacional.
• El análisis crítico de los resultados nos permitirá avanzar en una dirección u otra, desarrollando competencias muy valorables desde una óptica educativa como el pensamiento crítico. Además, el ensayo-error por el que suelen pasar los diseños y aplicaciones de los diseños robóticos sistematizan este tipo de análisis y, con él, el pensamiento crítico recién mencionado.

Impulsa la robótica en educación secundaria

Existen numerosas iniciativas que introducen la robótica y la programación en el mundo educativo, y que se adaptan a la edad de los alumnos y alumnas que vayan a trabajarla. No todos los programas de robótica en educación sirven para los mismos propósitos, porque no aceptan un mismo grado de complejidad en sus instrucciones. La Secundaria no es ajena a esta consideración, y queremos ofrecerte unos cuantos consejos para trabajarla en el aula de forma eficaz e interesante para tus alumnos y alumnas: 

• Haz que se diviertan, y sostendrás su atención durante todo el proceso de programación. Proponerles objetivos lúdicos que dinamicen los contenidos a aprender puede ser una buena manera de conseguirlo.
• Anímalos a experimentar, y a que pierdan el miedo a equivocarse. Pueden conseguirlo vez hagan suyo el proceso de programación. Entonces querrán alcanzar su objetivo por medio de ensayo-error, lo que es muy productivo en términos educativos.
• Hazlo práctico: vincular el proyecto a una realidad que les interpele puede ser altamente motivador para los alumnos y alumnas. Y en el caso de que no sea posible, utiliza otros medios como la gamificación o la videogamificación para interesarles.
• Facilita la colaboración y los trabajos que vayan en esta dirección, permitiendo el intercambio de aprendizajes y la retroalimentación siempre bajo tu supervisión y resolución de dudas.

¿Utilizas la robótica o la programación en tus clases? Comparte tus experiencias con nosotros y este post con tus contactos.

Para saber más:

Artículo: Una revisión narrativa sobre el pensamiento computacional en Educación Secundaria Obligatoria, por Óscar Marañón Marañón y Higinio González-García.

Video: TEDx Talks: Robótica, por Antonio Rodríguez.