Potencia la pasión por leer de tu alumnado
La falta de hábito lector entre el alumnado es prácticamente un lugar común entre el profesorado. Pero numerosas estadísticas refutan esta máxima y sitúan el índice de lectura de los y las jóvenes como los más altos de la población española.
Muchos niños y adolescentes solo leen en los centros en los que estudian. Una barrera que queremos ayudar a deshacer a partir de una serie de consejos sobre cómo y porqué incentivar la lectura desde las aulas, para que se siga leyendo fuera de ellas.
¿Por qué leer?
Como sabe todo amante de la lectura, leer no tiene una finalidad precisa. Esta máxima ha sido y sigue siendo utilizada por aquellos y aquellas que no se sienten atraídos por la lectura, para justificar su falta de interés en los libros. Pero sin ánimo de hacerla obligatoria, desde una perspectiva educativa existen numerosas virtudes contrastadas que hacen de la lectura una necesidad básica. Por los motivos siguientes:
- Entrena la comprensión lectora: Aunque pueda parecer una redundancia, la comprensión lectora va mucho más allá de entender las palabras escritas: permite interpretar sus diferentes niveles de significado.
- Alimenta el pensamiento crítico: Es imposible leer sin adoptar una postura ante lo que se narra desde las páginas del libro. Toda lectura ofrece a sus lectores retos morales de mayor o menor envergadura pero que jamás resultan inocuos. Porque todo posicionamiento implica automáticamente una argumentación que la lectura permite que sea tranquila y reflexiva.
- Incrementa la empatía: Como suele decirse un libro es una ventana a la visión del mundo de su autor u autora. Pero en el caso de la literatura también a las de los diferentes personajes de la obra. Y eso hace posible acceder a otras formas de ver las cosas ajenas a las nuestras y así poder entenderlas.
- Pone en práctica la reflexividad y la capacidad de atención: La lectura de un libro puede ser muy emotiva, pero siempre se trata de un acto reflexivo que implica paciencia y un mínimo de concentración. Todo un antídoto para recuperar la atención en una sociedad sobre estimulada. La lectura, por su parte, funciona como un pequeño refugio de tiempo para ejercitar el pensamiento a nuestro propio ritmo.
Diferentes caminos para un mismo destino
Nunca como ahora ha sido tan fácil leer. Día a día leemos mensajes, noticias y opiniones propias y ajenas a través de nuestros dispositivos tecnológicos, pero ¿leemos libros? Y más aún ¿cómo los leemos? La lectura es una acción que gracias a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) puede hacerse desde un dispositivo, en perfecta convivencia con el libro impreso en papel.
Todas estas vías sirven a un mismo fin: facilitar el encuentro entre el lector y los contenidos en el libro. Lo que puede conseguirse a través de una compra en librería, acudiendo a la biblioteca o comprándolo online, en formato físico o digital. Pero no es lo mismo leer en un dispositivo electrónico que hacerlo en un libro de papel. Cada medio tiene diferentes características que se adaptan al lector o lectora y sus necesidades. Diferencias que desde el mundo educativo pueden abordarse desde una beneficiosa complementariedad. Teniendo en cuenta los siguientes puntos de partida:
- La edad de los lectores: La lectura de un texto literario en formato digital abre la puerta a numerosas distracciones que no se encuentran leyendo en formato físico. Una cantidad de estímulos que en edades muy tempranas puede poner trabas a una capacidad de concentración aun en desarrollo. Por ello, y cuando se trate de lectores infantiles, os recomendamos que empecéis con libros en formato físico, y no introducir los digitales hasta más tarde.
- Las posibles necesidades especiales de vuestro alumnado: La lectura en formato digital permite ejercer cambios en el texto como el tamaño y el tipo de la letra. Factores que pueden ayudar a aquellos alumnos y alumnas que presenten dificultades de lectoescritura. Pero eso no significa que deba dejarse en manos del libro todo el proceso de lectura. Con ayuda o sin ella, la supervisión de todos estos procesos permite el desarrollo de una alfabetización mucho más sólida que sin este acompañamiento.
- La diferencia existente entre biblioteca física y digital: Una biblioteca física permite contemplar el libro como un objeto presente, que puede manipularse y hojear antes de decidir qué hacer con él. Por lo que el libro digital debe tener su lugar en el aula, a través de tabletas u otros dispositivos, pero siempre en convivencia con el físico. El primero es inabarcable en sus posibilidades, pero el segundo tiene una presencia imposible de ignorar en el aula.
¿Cómo incentivar el hábito lector en tu alumnado?
Pero independientemente de las virtudes educativas de la lectura ésta es, no nos cansaremos de decirlo, un placer. Un placer al que hay que saber cómo iniciar a los demás. Y no basta con que nos guste leer para ser capaces de inocular el interés en la lectura de forma efectiva. Para lograrlo, os planteamos algunos elementos, estrategias y cuestiones a considerar que podrán facilitar a vuestros alumnos y alumnas el acceso al placer de la lectura.
- Leedles: La buena o mala acogida de una lectura en voz alta en clase puede depender de la edad del alumnado. No es lo mismo leerle a un grupo de niños y niñas que hacerlo ante uno de adolescentes. Pero en cualquiera de las dos situaciones la lectura se hace presente en clase, como una posibilidad para aquellos que nunca se han planteado leer. Con todo, os recomendamos que adaptéis la lectura a vuestra audiencia, no solo en lo que se refiere a la edad si no sobre todo a sus intereses e inquietudes.
- Citad y referenciad toda idea, anécdota o recurso utilizado en clase y que tenga relación con la lectura. En ocasiones caerá en saco roto y no generará más interés, pero algunos alumnos y alumnas tomarán nota de la existencia del libro que mencionéis ¿y quién sabe cuántos lectores y lectoras saldrán de esa curiosidad? Y tened en cuenta que obras de teatro, cómics o películas pueden ser la chispa que encienda el gusto por leer.
- Haced de la lectura de textos una metodología para dinamizar el aprendizaje en el aula. Es una manera de garantizar que vuestros alumnos y alumnas lean al menos dentro de la escuela. Y para suavizar esa obligatoriedad, os recomendamos que refleje algunas de las problemáticas que puedan interesar a vuestro alumnado.
- Preparad una lista de lecturas recomendadas antes de cada periodo vacacional. Sabemos que parte del alumnado ignorará esas recomendaciones, pero también que la otra contemplará vuestra lista como una posible guía. Dependerá de factores como el grado de simpatía que despertéis en ellos y ellas o el interés que pueda generarles vuestra asignatura. Pero sea como sea es una herramienta demostradamente útil para acompañarlos en la lectura ni que sea desde la distancia.
¿Introducís la lectura en vuestras clases? ¿De qué forma incentiváis el hábito lector de vuestros estudiantes? Compartid vuestras estrategias y este post con vuestros contactos.
Para saber más:
Fragmento de libro: La lectura en el aula. Qué se hace, qué se debe hacer y qué se puede hacer, de José Ricardo García Pérez, Javier Rosales Pardo y Emilio Sánchez Miguel.
TedxEixample: La literatura tiene el poder de la inmortalidad, por Víctor Amela.